“La paz no comienza
en los planes de los líderes, sino en los corazones de la gente”.
Barack Obama apeló este jueves a las nuevas generaciones de
israelíes para que olviden los conflictos del pasado y se labren un
futuro de estabilidad duradera. El presidente de Estados Unidos dijo
en un discurso ante una entusiasmada multitud de jóvenes en
Jerusalén que nadie puede poner ya en duda el derecho de Israel a
existir y defenderse, pero que el desafío pendiente es garantizar un
futuro en que dos Estados, israelí y palestino, puedan ser vecinos
en paz, avanzando cada uno en caminos paralelos, sin amenazas mutuas.
El Obama que se dirigió
este jueves por primera vez a la nación israelí era el líder
conciliador, el estadista de los grandes discursos, el que en 2009
recibió el Nobel de la Paz. Fue capaz de aunar en su discurso la
defensa del sionismo y la demanda de un Estado palestino soberano y
libre. “Los palestinos deben reconocer que Israel será un Estado
judío, y que los israelíes tienen derecho a reclamar seguridad”,
dijo, entre aplausos. “El único modo de que Israel crezca como un
Estado democrático es a través de la consecución de una Palestina
independiente y viable”, añadió.
''No hay muro lo suficientemente grande, no Cúpula de Hierro lo suficientemente fuerte, para detener a cada enemigo que quiere infligiros daño''
Barack Obama, a los
israelíes
Al acto, en el marco de
la primera visita oficial de Obama como presidente a Israel, no se
invitó oficialmente a ningún político. Él quería hablar
directamente a los jóvenes. Su mensaje no era para aquella
generación de judíos que emigró a Oriente Próximo antes y después
de la declaración de independencia de Israel, en 1948. Tampoco para
aquellos que lucharon en tantas guerras posteriores hasta los años
70. Los destinatarios del discurso, dijo, eran los jóvenes que, en
su veintena y treintena, “han colocado a Israel en la primera línea
de la economía global”.
Su discurso lo
pronunció en Jerusalén, pero Obama miraba a otro lado. “Quien
quiera ver el futuro de la economía mundial, que mire a Tel Aviv”,
dijo.
Horas antes Obama había
estado en Cisjordania, para reunirse con el presidente de la
Autoridad Palestina, Mahmud Abbas. A este le pidió que vuelva a la
mesa de negociaciones con los israelíes, sin precondiciones.
Posteriormente, en conferencia de prensa, dijo no estar en
disposición de pedir una congelación de la expansión de
asentamientos de colonos judíos dentro de territorio palestino. En
su discurso posterior a los israelíes, Obama dijo que estos deben
reconocer, en algún momento, “que la expansión de los
asentamientos es contraproducente en la búsqueda de la paz, y que
una Palestina independiente debe ser viable y sus fronteras deben ser
trazadas”.
''Este es el momento en el que el mundo árabe debe tomar las medidas necesarias para normalizar sus relaciones con Israel''
Barack Obama
Recordaba el Obama de
Jerusalén al de El Cairo de 2009, cuando se dirigió al mundo
islámico, especialmente a los jóvenes, para apoyarles en su
búsqueda de cambio y libertad. Tras aquel célebre discurso llegaron
las revueltas de la primavera árabe, que derrocaron varios regímenes
autoritarios, para dar paso, en casos como el de Libia y Egipto, a
situaciones de gran inestabilidad, y al ascenso de fuerzas islámicas
que en algunos casos son altamente beligerantes con Israel.
“El mundo árabe debe
tomar las medidas necesarias para normalizar sus relaciones con
Israel”, dijo Obama. “Reconozco que con la incertidumbre en la
zona, con las gentes en las calles, los cambios en liderazgo, el
ascenso de partidos ni seculares en política, es tentador aislarse.
Pero esta es precisamente la hora de responder a la marea
revolucionaria con la determinación de la paz”, añadió.
Obama no es un líder
especialmente popular en Israel. Las últimas encuestas reflejan que
sólo un 10% de los ciudadanos de este país tienen una imagen
favorable de él. No les sentó bien que no visitara el país en su
primer mandato, pero que sí encontrara tiempo de acudir a Egipto y
Turquía, por ejemplo. Tampoco han visto con buenos ojos sus tira y
afloja con el primer ministro Benjamín Netanyahu, y lo que en
ocasiones han visto como tibieza en las condenas a Irán por sus
ambiciones nucleares, que en Israel es un problema de primera
magnitud con cuya amenaza se vive a diario.
Barack Obama, al
finalizar su discurso en el Centro de Convenciones de Jerusalén,
ante una multitud de jóvenes. Esta es su primera visita como
presidente a Israel. / MANDEL NGAN (AFP)
Barack Obama, al finalizar su discurso en el Centro de Convenciones de Jerusalém, ante una multitud de jóvenes. Esta es su primera visita como president a Israel. / MANDEL NGAN (AFP) | ' |
En el centro de
congresos donde dio su discurso, el presidente encandiló a los
jóvenes reunidos, que le respondieron con varias ovaciones cerradas.
“Uno no puede ser cínico o sarcástico ante un discurso como
este”, decía tras él Zvicka Deutsch, de 34 años. “Nos ha
pedido que hagamos un cambio, que actuemos para presionar a Bibi [el
apodo de Netanyahu] y le digamos que queremos otra oportunidad, que
tenemos esperanza, que podemos conseguir la paz”.
Separan a EE UU y a
Israel, su principal aliado en Oriente Próximo, más de 9.000
kilómetros. Aun habiendo recorriendo esa distancia, y con el
desgaste de un mandato cumplido a sus espaldas, Obama fue capaz de
despertar en los jóvenes a los que se dirigió este jueves la
voluntad de buscar un cambio y la ilusión de la esperanza,
precisamente ambos lemas electorales que le llevaron a la presidencia
en las elecciones de 2008.
Nenhum comentário:
Postar um comentário